Hay una respuesta en medio del murmullo. Una respuesta para todas las preguntas.
La pregunta sobre el sentido, por ejemplo, esa que intenta apelar a la razón para lo que no se comprende.
La pregunta sobre la felicidad, la infaltable, la que irrita por la dificultad de encontrar garantías. Pero tambiénla que intenta descifrar estornudos, o el por qué de las risas y los llantos, o el qué hay del ayer, cuándo termina, hasta cuándo el futuro decidirá ocultarse.
Tantas preguntas para una respuesta.
Claro que hay formas, disfraces, escondidas, modos de transformar la potencia del grito. Por eso no se entiende en tanta charla. Por eso escandaliza cuando suena, o se advierte algún hombro levantado. No digo “qué mi importa”, digo “la desnudez, estamos solos, hay tanto por luchar y tantas zancadillas, tanta mediocridad, tanto alboroto, tanto imbécil a cuerda desbocado”. No cuesta imaginar la indignación del Diego, y la forma correcta que dibuja su boca. Los modos que les digo.
Pero lo otro, lo que cuenta, la verdad de la cosa, necesita atención de parte nuestra, esfuerzo de intuir, capacidad de asombro, sea que se aparezca vestida de puteada, o en tormenta de campo, al amparo del viento.
Buenos Aires Negro anuncia la llegada de lamparitas de colores, Vinicius nos dice que el amor es el motor, Chico y el Gordo Alorsa nos dicen que hay que seguir, que vale la pena.
Se abrió una ventana.
Son los canarios que no saben vivir en libertad, somos los gorriones que no podemos vivir clausurados.
Se abrió una ventana y entró la luz, una luz esperada, intuida, se abrió la ventana y es nuestro deber abrir otras, todas.
Se abrió una ventana y Julieta asoma su hocico curiosa y yo detrás de ella deslumbrados por la luz que nos negaron.
Esa luz es nuestra y por allí se cuelan nuestros artistas que nos conmueven, la realidad que no nos gusta pero podemos cambiarla y el sol con su abanico cromático.
Es nuestra ventana la que debemos mantener abierta y asaltar lo que siempre fue nuestro.
La libertad esa utopia que nos ayuda a soñar. Se puede, se puede…
Algo de lo que se puede escuchar
Modesto Guerrero, en vivo
Jacobo Regen y Miguel Angel Pérez: poesía de alto vuelo
¿Quién te acunará, zambita, en este desvelo? Cielo azul y un pañuelito blanco para la despedida. Despedida o hasta luego, cantora que tanto bien me hiciste. Hechicera de las siestas, cuando las chicharras al sol fosilizaban el espanto. ¿Y tu magia?, otros pañuelos blancos agitándose fuerte y el anhelo de tu voz en mi poema. Pero también el Cuchi, amaneciendo en coplas, y tu luz incendiaria en los versos de Hamlet. Y había un corazón agradecido, el mismo que ahora duele en el regreso. Porque no te nos vas, sólo es regreso, siempre estamos volviendo al hueco de la tierra, al útero materno que dejamos atrás cuando nacimos. Siempre es llegar para seguir volviendo. Siempre es volver para nueva partida. Lo único permanente era tu voz, inmune a todo cambio en su belleza. Pero ahora hay silencio, y mientras te volvés para tus pagos hay una zamba huérfana. No se puede dormir. Mejor dicho, no quiere. Aquí se quedará, en su cuna de sueños, aguardando el momento en que tu voz la nombre.
Memoria es una palabra que carece de acepción porque casi todos la perdimos.
Quien se quiera ir puede hacerlo pero nadie lo hace. Estamos como dormidos en plena vigilia.
En los hospicios todavía hay locos que insisten en contar la historia de una era en la que cualquiera podía exponer sus ideas, no sabemos que quiere decir eso. Ellos hablan a coro repitiendo lo que escuchamos hace minutos en la pantalla. Ya me olvidé qué era.
Por suerte somos viejos y vamos muriendo.
Fingiendo compartir su cordura gozo de libertad vigilada.
Desde entonces adhiero a la historia a la que estamos autorizados a conocer. Ella cuenta, según la Prensa Sagrada, que la última revuelta sucedió allá por el 2010. Habla de un grupo de enfermos que poseídos por algunos de los demoníacos libros, que el Ministerio de Salud Pública quemó oportunamente, querían imponer una ley mordaza a la prensa libre.
La idea de elegir algo es ridícula, ya que estos subversivos ignoraban o hacían que ignoraban que los Editores eligen por nosotros.
Siempre fue así, por eso se eligen entre ellos cada cuatro años sumando el rating de los años bisiestos.
Aquellos que querían romper el orden social mediático fueron aniquilados.
Antes de esto había una gran disputa entre dos facciones. Hasta que los Sagrados Sócalos de la TV los unieron en la lucha contra el mal y triunfaron.